¿Mamá primeriza? Te damos algunos consejos

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Cuando nació mi primera hija, yo no dormía esperando que despertara para
amamantarla y me pasaba la noche tocándola para cerciorarme que respiraba
bien. Además, no quería que nadie la cargara, incluyendo a su papá, sin que antes
se lavara bien las manos y tuviera muy aseado. Era una obsesión, que ameritó
visitar a un psicólogo, quien concluyó que estaba padeciendo algo propio de las
mamás primerizas, quienes siempre están llenas de miedo y sobreprotegen a sus
bebés, lo cual no se asocia con trastornos psicológicos, excepto si la madre tiene
antecedentes de alguna enfermedad mental.

Con las orientaciones del especialista, flexibilicé mis medidas de protección
de la bebé ante otras personas, pero me concentré en darle cuidados extremos, al
punto que ameritó una operación de adenoides y amígdalas antes de cumplir el
primer año de vida. De alguna manera la hice padecer de otitis continua, ya que
diariamente le limpiaba los oídos con hisopos, resecándolos severamente.
Como la mía, sobran experiencias y testimonios sobre los errores que
cometen las madres primerizas, acorraladas por el miedo de que a sus hijos les
pueda pasar algo malo. La protección materna va desde acostumbrarlos a estar
en brazos por no dejarlos llorar, hasta hacerles una higiene exagerada, que no les
permite inmunizarse frente a los elementos del entorno. La consecuencia más
evidente de esta situación es formar niños manipuladores, enfermizos y
dependientes; es el caso común de quienes se rehúsan a dormir separados de
mamá y papá, así como de quienes les da gripe cuando andan descalzos o
cuando llueve y a quienes les cuesta aprender a caminar solos.

“La consecuencia más evidente de esta situación es formar niños manipuladores, enfermizos y dependientes”

Obviamente, se deben tener cuidados con los niños, especialmente si son
prematuros. No obstante, lo más recomendable es que estos cuidados no sean
exagerados, hasta llegar a no permitirles su adaptación al mundo exterior, al salir
de vientre de la madre. Aunque no hay recetas para criar a los hijos, siempre hay
personas y medios que nos asesoren e informen adecuadamente, para formar
seres equilibrados, seguros, sanos y felices, quienes serán los constructores de
una mejor sociedad.

Redacción: Dorys Villarroel

Fotografía: Fotolia